El pasado mes de noviembre del 2014 fue un mes inolvidable para las Iglesias de Cristo en la República Dominicana, ya que más de 1,700 mujeres a nivel nacional pudieron disfrutar de la poderosa conferencia “Cara a Cara”, la cual fue realizada en las iglesias de Santo Domingo, Santiago y La Romana.
La oradora invitada para impartir estas conferencias fue nuestra amada Andreyna Rodríguez, Ministra y Líder del Ministerio de Mujeres de la Iglesia de Cristo en la Zona Oriental quien, con su espíritu suave y su característica alegría, inspiró a todas las participantes a ver el poder de Dios y su gloria a través de la Palabra de Dios (Salmos 63:1-8). La prédica principal, homónima del título de la conferencia “Cara a Cara con Dios”, fue desarrollada sobre tres puntos principales: (1) El Encuentro; (2) Sin Distracciones y (3) Cara a Cara. La misma estuvo centrada en la escritura lema de la conferencia Salmos 17:15, que nos confirma que quedaremos más que satisfechos con mirar Cara a Cara a nuestro Dios.
Como complemento especial de la inspiradora clase de Andreyna, su esposo el Ministro y Líder principal de la Iglesia de Cristo en la Zona Oriental, Arturo Rodríguez, compartió un poderoso e impactante testimonio sobre su vida personal, que dejó reflexionando profundamente a muchas de las asistentes.
El evento fue amenizado por una hermosa selección de canciones especiales interpretadas por el Ministerio de Alabanzas y dos conmovedoras obras realizadas por las más pequeñas de la iglesia y por el grupo de jóvenes. Además, todas las asistentes en las diferentes iglesias degustaron de sabrosos brindis y de obsequios especiales.
Una vez más pudimos ver el poder de Dios desplegarse en todo su esplendor con lo especial, inspirador y retante que fue este evento, viendo a miles de mujeres escuchar la palabra de Dios predicada con amor y convicción y a tantas hermanas entregar su corazón para cumplir con tesón y esmero la gran encomienda dejada por el Maestro de “ir y hacer discípulos de todas las naciones…y pueblos”.
¡Y a nuestro amado Dios sea la gloria por siempre!